Las hermosas montañas volcánicas de Kerlingarfjöll están situadas en la parte central y relativamente inaccesible de Islandia, lo que hace de las montañas un lugar maravillosamente tranquilo y apacible, sin aglomeraciones de turistas.

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Con una extensión de unos 100 kilómetros cuadrados, la cadena montañosa se caracteriza por un paisaje árido sin un atisbo de vegetación, pero con cientos y miles de pequeños valles serpenteantes, barrancos y colinas coloreadas de amarillo a rojo, que recuerdan en cierto modo a la región más famosa de las Montañas del Arco Iris.

Las montañas de Kerlingarfjöll se elevan a más de 1.400 metros de altura, pero la mayor parte del recorrido se realiza entre 800 y 1.200 metros.

Senderismo y aguas termales

Las montañas están surcadas por decenas de kilómetros de rutas de senderismo, que en su mayoría son seguras y cómodas, pero hay que tener en cuenta las frecuentes elevaciones empinadas, aunque suelen ser bastante cortas. Esto añade variedad y hermosas vistas.

El principal punto de partida es la localidad turística de Aðalskáli (ubicación en el mapa: en.mapy.cz), con un hotel, un camping y una pequeña tienda de comestibles. Otro punto de partida, al que también se puede llegar en coche, está cerca de la zona geotérmica de Hveradalir (en este lugar hay aparcamiento).

Kerlingarfjöll cuenta con numerosas fumarolas y manantiales geotérmicos, que encontrará en todos los valles. Sin embargo, la mayoría de ellas están tan calientes que no se puede bañar en ellas; las señales de advertencia siempre se lo advierten.

¿Cómo llegar?

Sólo se puede acceder a la zona en vehículos todoterreno 4x4, pero todas las empresas islandesas de alquiler de coches los alquilan.

Tome la carretera interior de tierra F35, que atraviesa Islandia de sur a norte, y desvíese en un cruce señalizado hacia la aún más pequeña carretera F347, que le llevará al complejo hotelero de Aðalskáli. Consulte el mapa de la ruta desde Reikiavik.