Con 12 kilómetros, el Puente Vasco da Gama es el más largo de Europa. Esta extraordinaria obra de ingeniería atraviesa la parte más ancha del estuario del Tajo, desde el extremo nororiental de Lisboa hasta la ciudad de Montijo, y sirve de importante desvío para el tráfico de tránsito que sale de la ciudad.
Toda la estructura se construyó en un tiempo récord. Casi exactamente 3 años después de colocarse la primera piedra, el puente se abrió al público. Con sólo una autopista que lo atraviesa, el puente sólo puede admirarse desde lejos, por ejemplo desde la zona del Parco des Nacoes, cerca de la estación de Oriente, y la vista también es magnífica al despegar o aterrizar en el aeropuerto de Lisboa.
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