Esta línea, llamada Földalatti, es la segunda más antigua del mundo después del metro de Londres. Se puso en servicio en 1896, casi 80 años antes que la primera línea de Praga. La línea fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2002, no sólo por la época de su construcción, sino también por su diseño arquitectónico. Las estaciones están decoradas con columnas de soporte con elementos decorativos de hierro fundido o azulejos de cerámica en los que están grabados a fuego los nombres de las estaciones.
La línea, hoy más conocida como M1 o Línea Amarilla, discurre bajo toda la avenida Andrássy y cuenta con un total de 11 estaciones. Sin embargo, no es un metro típico, ya que está situado justo debajo de la superficie, por lo que sólo se baja un piso imaginario y ya se está de pie en el andén. Es un medio de transporte público regular, por lo que se aplican los billetes normales.
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