Este pico de más de 1.400 metros de altura, situado en la cordillera central de Stara Planina, es conocido sobre todo por su monumental y brutalista monumento de hormigón, cuya forma recuerda a un platillo volante. Se construyó en los años setenta como monumento al Partido Comunista Búlgaro y hasta finales de los ochenta sirvió para celebrar actos del partido, festivales y dar la bienvenida a delegaciones extranjeras.
Desde 1990, el monumento está en mal estado y atrae a los amantes de los ambientes decadentes, urbex, pero también de las bellas vistas de las montañas circundantes.
Hay una carretera asfaltada hasta la cima, así que la mejor forma de llegar es con un coche de alquiler.
Se encuentra a 212 km de Sofía y Burgas.
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